miércoles, 6 de abril de 2016

ENFERMEDADES ENDÉMICAS

Las enfermedades endémicas son aquellas enfermedades infecciosas que afectan de forma permanente, o en determinados períodos a una región.
Dos índices definen si una enfermedad se convierte en  endémica. Por un lado, el índice de Prevalencia (que mide el número de personas  afectadas por la enfermedad o que pueden ser afectadas). Por otro, el índice de  Morbilidad (las que mueren o van a morir por la enfermedad). En el caso de que  estos dos índices sean altos y la existencia de la enfermedad se prolongue en  el tiempo, una enfermedad pasa a denominarse endémica. Por tanto, se puede  entender por endémica una enfermedad que perdura durante un tiempo determinado  en un lugar concreto y que afecta o puede afectar a un número importante de  personas. Algunas enfermedades endémicas son:
 - La Rabia
- La Malaria
- La Fiebre Amarilla
- El Cólera
1. Rabia:
Definición

La rabia es una enfermedad producida por un virus perteneciente a la familia de Rhabdoviridae. Afecta el sistema nervioso central de los mamíferos: al cerebro y a la médula espinal.
Se trata de una enfermedad mortal pues no tiene cura. Esto hace de su prevención la única medida efectiva para luchar contra la enfermedad. Folletos de la Organización Mundial de la Salud afirman que utilizando los métodos y técnicas adecuadas se puede lograr la eliminación de la de ese mal en extensas regiones geográficas. A Louis Pasteur, químico y biólogo francés, hay que reconocerle el mérito de descubrir la vacuna contra esta enfermedad.
La rabia también se conoce con otro nombre, Hidrofobia. De este mal se tiene constancia desde hace muchísimo tiempo. Hoy en día el número de afectados es muy pequeño; sin embargo, en el siglo XIX la rabia se extendió con facilidad por toda Europa.

África es el continente con mayor número de casos y donde el peligro de contraer la enfermedad es más elevado. La zona de Arabia e Irak, en Asia, también presenta un número elevado de casos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud son 55.000 las personas que mueren al año a causa de la rabia.

¿Cómo se transmite?

La rabia es una enfermedad que afecta a casi todos los mamíferos, incluido el hombre. La rabia se trasmite a través de la saliva, tras la mordedura de un animal afectado. En medio urbano, los animales responsables suelen ser perros y gatos no vacunados; y en medio rural, también pueden transmitirla los lobos, zorros, los murciélagos, mapaches y animales domésticos como la vaca, los cerdos, las ovejas.
El virus vive en los órganos y glándulas salivares y en los tejidos nerviosos de animales afectados. No solo con la mordedura de estos animales se transmite la enfermedad, puede bastar un arañazo, un corte o a través de las membranas mucosas. El virus no puede penetrar en la piel intacta pero si a través de cualquier herida.
El virus se multiplica en el sitio de la mordedura o el arañazo. Viaja hasta el cerebro donde causa inflamación y degeneración nerviosa.

¿Cuáles son los síntomas?

La enfermedad se desarrolla en dos fases:
  • Fase prodrómica: de aproximadamente cuatro días de duración, con síntomas como malestar general, fiebre, vómitos, dolores musculares generalizados...En esta fase, los únicos síntomas que pueden hacer sospechar la enfermedad es la aparición de fasciculaciones y parestesias (sensaciones anormales, como hormigueo, entumecimiento...)
  • Fase encefalítica: cuando el virus alcanza el sistema nervioso central, se caracteriza por cuatro tipos de síntomas:
    • Alteraciones del comportamiento: irritabilidad, agitación, agresividad, pensamientos aberrantes, depresión, inquietud, nerviosismo, ansiedad, excitabilidad, desorientación
    • Síntomas de afectación focal: espasmos, convulsiones, parálisis focales (incapacidad de mover alguna parte del cuerpo)
    • Afectación del tronco del encéfalo: visión doble, dificultad para deglutir (que junto a la salivación excesiva, provoca la característica salida de salivación espumosa por la boca)
    • Miscelánea: síntomas vegetativos, hidrofobia, aerofobia, hiperestesias, priapismo.
Prevención y tratamiento

En cuanto a la protección directa, existen dos casos posibles: la protección en personas expuestas por su trabajo o por otras circunstancias (como por la práctica de la espeleología, por contacto con murciélagos; viajeros a zonas endémicas), en las que es aconsejable la vacunación; y la prevención después de un contacto de riesgo. En este último caso, habrá que realizar medidas locales para intentar limpiar la herida y disminuir el riesgo de entrada de material contaminado; por otro lado, proteger al afectado con inmunoglobulinas (inyectadas en el lugar de la herida) e inmunizarlo con la vacuna en un lugar distinto al punto de entrada.
Una vez desarrollada la enfermedad no existe tratamiento eficaz para detener su progresión y, salvo casos excepcionales, la enfermedad resulta mortal.


2. Malaria
Resultado de imagen de malariaLa malaria es una enfermedad producida por el Parásito plasmodium, transmitido al ser humano a través de la hembra de una especie particular demosquito, el anopheles. Esta enfermedad constituye un problema de salud en gran parte de los países tropicales.El CDC (Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos) calcula que cada año se presentan de 300 a 500 millones de casos de malaria y que más de un millón son fatales. Es la enfermedad de mayor riesgo para las personas que se desplazan hacia climas cálidos.


Las especies reconocidas como causantes de la enfermedad son:

  • P. falciparum, la especie más patógena y responsable de los casos mortales (provoca alrededor del 80 % de los casos y aproximadamente el 90% de las muertes)
  • P. vivax y P. ovale (no suelen dar casos graves pero pueden provocar recaídas a los 4 o 5 años después de la primera infección),
  • P. malariae (puede provocar malaria en los 20 años posteriores a la infestación),
  • P. knowlesi
  • P. semiovale pueden causar también malaria.
Transmisión


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síntomas

El paludismo es una enfermedad febril aguda. En un individuo no inmune, los síntomas aparecen a los 7 días o más (generalmente entre los 10 y los 15 días) de la picadura del mosquito infectivo.
Puede resultar difícil reconocer el origen palúdico de los primeros síntomas (fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y vómitos), que pueden ser leves. Si no se trata en las primeras 24 horas, el paludismo por P. falciparum puede agravarse, llevando a menudo a la muerte.


Los síntomas son muy variados, empezando con fiebre 8 a 30 días posteriores a la infección y acompañada, o no, de dolor: de cabeza, musculares, diarrea, decaimiento y tos. Las crisis palúdicas clásicas son episodios regulares (cada 48 o 72 horas) de fiebre, escalofríos y tiritonas; acompañados de anemia y esplenomegalia (crecimiento del bazo). Además, el plasmodium falciparum puede provocar adhesión de los eritrocitos al endotelio vascular, causando trastornos circulatorios, sobre todo en cerebro y corazón.

Tratamiento

Para infecciones activas, en especial malaria por Falciparum, es una emergencia médica que requiere hospitalización. Normalmente, la cloroquina es la droga que se utiliza con más frecuencia, pero en caso de infecciones resistentes a la cloroquina, se suministra la mefloquina. Otras opciones son la quinidina o quinina, o la combinación de otros fármacos como la doxiciclina, o pirimetanina y sulfadoxina. Para  prevenir las recaidas en los casos de plasmodium vivax y ovale, se suele utilizar la primaquina.
       




3. Fiebre Amarilla:

Descripción


Es una infección viral aguda, infecciosa, de gravedad variable y rápida evolución.. Su nombre se debe a uno de los síntomas que la caracteriza: la ictericia (color amarillo en piel). La fiebre amarilla se transmite por la picadura del mosquito AEDES aegypti.


La enfermedad es común en el Centro y Sur de América; y en el África Subsahariana. En Europa y Asia los casos son excepcionales.


Se calcula que cada año se producen en el mundo 130 000 casos de fiebre amarilla que causan unas 44 000 muertes en países endémicos africanos, donde se produce el 90% de los casos de fiebre amarilla.
La mortalidad de los casos graves no tratados puede llegar al 50%.

Signos y síntomas


Una vez contraído el virus y pasado el periodo de incubación de 3 a 6 días, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, suele causar fiebre, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días.

Sin embargo, el 15% de los pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos. El paciente se vuelve ictérico rápidamente y se queja de dolor abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas, con sangre en los vómitos o las heces. La función renal se deteriora. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días, y los demás se recuperan sin lesiones orgánicas importantes.

Vacunación y Tratamiento

La vacunación es la medida preventiva más importante contra la fiebre amarilla. La vacuna es segura, asequible, muy eficaz, y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. La vacuna ofrece una inmunidad efectiva al 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días.
No hay tratamiento específico para la fiebre amarilla. Solo se pueden instaurar medidas de sostén para combatir la fiebre y la deshidratación. Las infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con antibióticos. 


4. El Cólera


Descripción

 
Es una enfermedad provocada por la infección del intestino delgado por una bacteria llamada Vibrio cholerae que, a través de la producción de una toxina, provoca una diarrea muy abundante y  vómitos. La diarrea masiva y los vómitos pueden dar como resultado la deshidratación y colapso circulatorio en un día, pudiendo llegar incluso a la muerte, si no se trata a tiempo y adecuadamente. Sin embargo, esta infección suele ser benigna y tanto su tratamiento como las medidas para su prevención suelen ser muy eficaces.

                                                     


Se calcula que cada año se producen entre 1,4 y 4,3 millones de casos de cólera y entre 28 000 y 142 000 defunciones.
Hasta el 80% de los casos puede tratarse satisfactoriamente con sales de rehidratación oral.


Síntomas

Los primeros síntomas aparecen entre el primer y séptimo día después del contacto con el germen. La enfermedad empieza con una abundante diarrea líquida con restos de mucosa intestinal, dolor abdominal acompañados de vómitos. Aparecen también otros síntomas como:

-         Pulso rápido

-         Intensa sensación de sed

-         Sequedad en la boca y en la piel    

-         Sudoración fría

-         Sensación de debilidad o cansancio

-         Ojos vidriosos

Todo ello como consecuencia de una rápida deshidratación. Debido a la pérdida de potasio el enfermo sufrirá dolores musculares y calambres.


Tratamiento

Hay que reemplazar todos los líquidos  y sales que el organismo ha perdido a causa de la deshidratación. Recuperar la hidratación e ingerir grandes cantidades de bebida rica en sales que podrá encontrar en farmacias  y establecimientos sanitarios. En casos graves la hidratación se realiza por vía intravenosa.

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Prevención

-   Higiene personal: el lavado de las manos antes de cada comida, antes de manipular alimentos, después de ir al baño son fundamentales. Una higiene personal adecuada es primordial. La limpieza de los aseos y de las letrinas será prioritaria al ser este un foco muy peligroso de contagio. Las heces deben ser eliminadas del modo más conveniente para evitar epidemias.





-   Higiene de los alimentos: lavar la fruta y la verdura, incluso será conveniente lavar con cloro. En cuanto al pescado y los crustáceos, además del necesario lavado deberán ser hervidos.






-   El agua que beba debe ser potable. En caso de carecer de ella, se aconseja hervirla. Puede resultar útil tratarla con yodo o cloro. Té y café no ofrecen peligros gracias a que en su preparación requiere agua hervida. Evita el hielo y los helados. Consuma leche pasteurizada





-   Cocinado de alimentos: evitar el contacto con el medio ambiente cuando los alimentos ya hayan sido cocinados. Es recomendable hervir cualquier alimento que se vaya a consumir durante un minuto. No adquiera sus productos en la venta ambulante. Será necesario pelar las frutas y verduras que vayan a consumirse en crudo.


Fuentes

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs094/es/
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs107/es/
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs100/es/
http://salud.discapnet.es/Castellano/Salud/Enfermedades/EnfermedadesEndemicas/Paginas/default.aspx

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